lunes, 12 de noviembre de 2012

Un café y una falda en Café Teté Costura


Ocho máquinas de coser, una colección de upcycling, un par de salas para talleres y una cafetera y una tetera. Estos son los datos. Pero no explican la atmósfera que se vive en Teté Café Costura, escondido en una calle del barrio de las Letras de Madrid.




Teresa se ha encargado de impregnar apacibilidad en la tienda, decorada con muebles recuperados, y reconvertidos. Aunque eso sí, la única máquina de coser antigua es la que luce en el escaparate, como un homenaje a su madre, modista de profesión.
A eso se dedica, entre otras cosas, Teresa: a alquilar máquinas de coser por horas a toda aquella persona que tenga una tela con la que quiera confeccionar una prenda. La idea se la importó una amiga, por decirlo de alguna manera, al contarle que era un negocio que florecía en Berlín. Teresa se agenció ocho máquinas de coser y una recubridora y un overlook. Hasta punto pueden trabajar. 





Pero si hasta ahora la costura no ha sido lo tuyo, no te preocupes, en lugar de lanzarte al ruedo sin nociones mínimas, puedes apuntarte a uno de los talleres que se organizan con periodicidad. Empiezan en el patronaje y acaban en el upcycling y reciclado, pasando por el ganchillo o los amigurimis. Hay cinco o seis profesores y talleres constantes. Así que sí, en Teté Café Costura puedes aprender a coser. Y después tomarte un café o un té en buena compañía.


En pleno taller de moulage


El diseño o patrón se hacen sobre maniquí o sobre el cuerpo, eso es moulage.

Y hay mucho camino por recorrer. De eso se dió cuenta Teresa, estilista de teatro y de series de televisión,  el día que una clienta le preguntó "¿Qué es un ojal?". "Me di cuenta de donde me había metido". Ahí está presentando ojales, telas al bies y cinturillas a legos y legas en la materia.

La colección upcycling de Teresa




Otro valor añadido en este local es que la propia Teresa predica con el ejemplo: tiene una magnífica colección de upcycling que puede poner dientes largos a cualquier diseñador. "Siempre me ha gustado la ropa de segunda mano, y transformar las prendas", nos cuenta.
Más necesario aún cuando si quieres confeccionarte tu propia ropa, no es fácil encontrar tiendas de telas. 


La satisfacción del producto elaborado por una misma



Con sus talleres, y sus  horas de coser, Teresa revaloriza el corte y la confección, "cuando vienen aquí se dan cuenta del tiempo que se tarda en hacer cualquier prenda". Entre las paredes de Café Teté Costura van a poder sobrevivir términos que parecían haber perdidos y que salen otra vez del baúl: hilvanar, sobrilar... ¿los conocías?

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